Exabrupto

Hace mas o menos una semana que Qponm insiste en esconderse dentro de m i remera. No me tiene sin cuidado el tema de la inversión de roles, tengo claro que no soy la madre de Qponm, soy apenas un papá especial. Un papá que ha tenido que hacerse cargo de algunas cosas que le tocaron en suerte. Conozco varios casos de papás con capacidades y actitudes similares y superiores a las mías, no soy de ninguna manera un caso extremo. Aparte tengo un hijo varón. Lo que facilita bastante las cosas.
Por eso, también es muy difícil que en el jardín esquimal, las jardineras, siempre enfundadas en sus abrigadisimos trajes de focas, entiendan realmente de que se trata cuando Qponm insiste en quedarse conmigo en lugar de ir a tirarse por los toboganes de hielo. Me dan ganas de decirles:
-Ya sabíamos que iba a pasar esto, si nos dejan un poco tranquilos, en un ratito está con los otros chicos.
Mientras trabajo en el distanciamiento amoroso, trato de darle seguridad en si mismo y le garantizo cuando y donde lo voy a venir a buscar. Me cansé de decir en marzo que íbamos a tener avances y retrocesos y que había que bancarlos, que yo iba a priorizar el hecho de que mi hijo entrara al jardín sintiendose contenido antes que respetar el horario de entrada. Sobre todo en sala de cuatro. Sobre todo en el año del divorcio.
Pero andá a explicar esto con Qponm tratando de meterse él y a sus amigos dentro de mi remera "muy grande", rodeado de jardineras con mirada de "yo estudié tres años y la tengo clara" que no están acostumbradas a tratar con situaciones así y para las cuales los padres son meros satélites de las madres.
Menos mal que están los chicos. Que se acercan a decir que a ellos les pasa lo mismo. Solidaridad o empatía. Vamos Qponm.
Lo enderezo, invoco su parte de hombrecito, lo hago reir, lo pongo finalmente frente a frente con un padre que él sabe que lo quiere pero que tiene que irse a trabajar, le muestro la perspectiva del mundo. O al menos trato.