Domingo

Camino dos cuadras hasta el kiosco de diarios con la seguridad de haber dejado a Qponm calentito en casa, dormitando aun. Estoy feliz porque ayer me pasé todo el día encerrado cuidando al niño y estas dos cuadras congeladas son la gloria y porque adoro las mañanas de frío seco de invierno en Buenos Aires. No me importa que salí mas desabrigado de lo que recomendaban los cinco grados que acusaba el servicio meteorológico.
Compro dos diarios y dos paquetes de cigarrillos y vuelvo respirando el aire frio casi con el fondo de la garganta.
Cuando llego Qponm apenas se ha movido.
Nyla llama desde una aldea medieval en Normandía haciendo gala de un humor primaveral que hacer perfacto juego con el mio, decididamente invernal.
Nos reimos juntos.
La tos despierta al pequeño y me tiro con él en la cama, leemos los diarios juntos, le muestro caras conocida y le explico los titulares. Pero mas le enseño el placer de leer los diarios a la mañana de un domingo de invierno en la cama.