Sólo queria saber como le caia la idea. No más eso.
Dudé muchisimo durante dos segundos y le solté con mucho cuidado:
- ¿Te puedo hacer una pregunta? Me gustaria saber que pensás, nomás. ¿Qué te parecería si yo tuviera una novia?
Se detuvo a pensarlo.
- Me parecería bien, Papi.
Despues lo dejé hablar. Preguntó otra vez quienes eran mis padres (definitivamente casados despues de un historico y olvidado ida y vuelta) y quienes eran los padres de su madre (casados ambos en segundas nupcias). Quiso asegurarse que los padres seguian siendo los mismos aún si se casaban con otras personas. Es decir, se sacó todas las dudas que le generó mi pregunta sin sujeto a su edad: Por que alguna gente se separá. Que pasó con la alianza. Si me iba a casar otra vez.
Le contesté todo lo que pude lo mas claro que pude.
Sólo queria saber donde estaba parado, si habia contemplado la idea. Un año antes, sin pregunta de por medio, habia sostenido que su madre era mi novia y tuve la ingrata tarea de explicarle que no. Que ya no eramos mas novios ni ibamos a estar mas juntos. Esa vez no preguntó nada.
Esta vez me abrazó y me dijo que me queria mucho.
A veces invertimos roles y en esos momentos siempre siento que mi hijo quiere lo mejor para mi.
Me quedo con eso.
Mientras pasamos el tiempo juntos y yo vuelvo a explicarle que crecer lleva tiempo y que eso es bueno, que hay muchas cosas para aprender, muchas cosas para vivir. No hay que apurarse.
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