Tuesday, March 18, 2008

Código de barras


Es la segunda librería en la que entramos. En la primera pidió juguetes. Sin éxito. La segunda que elegí no tenia juguetes. A propósito. Estamos buscando un libro que nos leyó Nyla y con el que estamos encantados. Qponm entiende que esa tarea es mía y se entretiene mientras yo me dirijo a la caja a preguntar. Tampoco lo tienen.
Voy a buscarlo al fondo y me lo encuentro delante de una computadora con un lector de código de barras quizás tratando de descifrar de que se trata, No tiene el aspecto de alguno de los sistemas operativos que conoce. Tal vez el lector mismo le parece un robot con ese haz de luz roja que sale por la ranura. Ya está en la edad en la que no puedo predecirlo. Y eso me encanta.
Le enseño a usar el lector. Se pone el código delante del haz de luz rojo y la pantalla dice cuanto sale.
Dos minutos después, Qponm va por el décimo libro al cual le averigua al precio y no parece que vaya a parar, porque arroja los libros en cualquier lugar solo para agarrar otro cualquiera y enfrentarlo con mucha precisión hasta que escucha el beep y entonces gira la cabeza y poniendo las manos hacia arriba espera con cara de interrogación sobreactuada a que yo diga por ejemplo: veintiséis. O ciento ochenta y nueve. O treinta. Y eso le parece divertidisimo.
Le sugiero que veamos si hay algún libro para chicos que podamos comprar. Sugerencia que mi hijo interpreta como: hay que traer los libros de chicos hasta el código de barras, escuchar el numero y esperar una afirmación de su papá. No importa el libro, importa la mecánica compleja de comprar.
Qponm trae literalmente cualquier cosa que elige por los colores y corre al lector escucha el beep, me mira y escucha una serie de argumentaciones de porque no ese libro, ni ese otro.
Desazón de Qponm. Evidentemente su padre no entiende de que va la cosa. Finalmente aparece con lo que el llama. El ultimo libro de Winnie que no es otra cosa que el primer libro de La Bruja Winnie en cuya tapa puede leerse "Más de un millón de libros vendidos".
Lo deslumbra la idea de tener el primero de todos los libros de Winnie. "La empezada" como lo llama él. Es el original de el cuento que más le gustaba de su cuaderno de cuentos de sala de 3. Una joya. Tan deslumbrado está que no puede aguantar hasta que lleguemos a casa para que se lo lea y termino leyendoselo en medio de la cerrajería por la que tenemos que pasar después, extendiendo cinco pesos hacia mi espalda sobre el final del cuento.
Creo que tengo que corregirlo porque se queja de que en el jardín no se lo contaron completo. Acusa a la jardinera de sala de 3 de haberselo adaptado y yo recuerdo que casi exactamente igual. Inútil. A las nueve me sorprende mostrandome que en la tele dan una película de dibujitos muy buena. Película que se interrumpe porque quiere que le lea de nuevo "la empezada de Winnie" sobre el que hace una catarata interminable de "imaginate"s y que termino de ver solo, sólo para descubrir que la dirigió Brad Bird. The Iron Giant, de 1999, cuatro años antes de que él naciera.

2 comments:

Unknown said...

ayer la vimos mi hijo de 4 y medio y yo!!
confieso que, al irse a acostar, dijo entre dientes algo como "me da miedo el robot", pero al mismo tiempo me estaba pidiendo que la comprara.
a las 3, cuando lo fui a buscar para que haga pis, medio dormido como estaba me dijo: "sabes quien se está armando, no?". evidentemente soñaba con él.

Nanook said...

Me encanto la pelicula, no dejo de pensar en ese robot que desea ser superman.